¡Poderrr te dará!

Las consolas y los ordenadores son como el Nesquick, básicamente lo que te prometen es poder y rapidez. Estoy empezando a pensar en cómo con el tiempo también muestran una especial tendencia a diluirse.

Antes de la llegada de las 3D de forma masiva la tecnología permitía tanto a consolas como ordenadores mover las 2D con mayor o menor capacidad o éxito. Pero la llegada de los motores en 3D elevó a la enésima potencia la necesidad de poder bruto de procesamiento gráfico. A mayor poder, mayor sofisticación. Durante los años de PSX y PS2 hemos asistido a esa carrera por “agotar” las capacidades de las consolas. Otro nivel técnico era posible, como dejaba patente el PC y las aceleradoras gráficas, varios años por delante de las consolas desde el punto de vista de capacidad de procesamiento.

Llegaba el DOOM 3 al PC, con tales requerimientos que no se podían explotar sus capacidades hasta unos años después. Llegaba el Crysis y tres cuartas partes de lo mismo: varios años después sigue siendo un juego que mejora visualmente a la par que surgen PC más potentes.

Pero de pronto… el PC comienza a poder con todo. Cualquier juego comercial puede correr al máximo de forma fluida en cualquier PC de gama media. Algo inédito. Empiezas a observar las texturas y compruebas que las de hace años tenían mucho mejor aspecto. Tus sospechas se hacen ciertas: el PC se está consolizando.

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