Veo en un anuncio que el nuevo Kinect Sports incluye control por voz, además del ya consagrado control por movimiento, pienso que no está mal, un adelanto más supuestamente bien implementado, que marca las bases junto a otros videojuegos para el futuro más próximo. Ahí se acaba mi razonamiento espontáneo y mi cabeza vuelve a centrarse en la caja boba.
Al rato, frente al ordenador, caigo en la cuenta de que aun teniendo la Xbox 360, todavía no he adquirido su periférico por excelencia. Tengo la Wii y en consecuencia, estoy convencido de que el gasto no merece la pena, pero las dudas me asaltan: ¿Me estoy perdiendo un salto tecnológico? ¿Me estoy quedando estancado? ¿Me hago mayor?