Mirar al pasado

Últimamente nos toca vivir una época, dónde parece que cualquier tiempo pasado fue mejor. A nivel general, los días van pasando y las noticias se repiten de forma cíclica. Manifestaciones, violencia, desgobierno, crisis y más crisis,… No son buenos tiempos para este país en particular y para el Mundo en global.

Así, que de alguna forma, mirar al pasado nos reconforta, nos genera algo de esperanza y casi siempre acabamos pensando que las cosas ya no son como antes. No me he equivocado de blog, y ya sé que estamos en Infoconsolas y que esta va de videojuegos y demás. Pero el paralelismo es aplicable a nuestro mundillo gamer.

Con estas premisas, si me permitís, me remonto a 1990. Año de Mundial de Fútbol en Italia. Como solía pasar en aquella época, en año de Mundial de Fútbol, había lluvia de licencias sobre esta temática, aprovechando el tirón del evento. No sé si es bueno o no, pero hoy en día esto ya no pasa.

Volviendo al año en cuestión, yo disfrutaba de mi Amstrad CPC y mi NES, dentro de mis posibilidades. Ya sabéis. Intercambio de juegos en el colegio o echando horas con aquel vecino en su Mega Drive. Creo que más o menos todos conocéis mi afición (enfermiza) por los juegos de “manager de fútbol”. En aquella época costaba encontrar alternativas fiables, porque el género estaba en constante evolución y, a pesar de que había muchas opciones, pocas daban el rendimiento deseado.

Además, como ya sabéis, existía el “doloroso” hándicap de las versiones de 8 bits y 16 bits. Dentro de las posibilidades de cada máquina, había juegos que tenían un pase, pero normalmente, en 16 bits las versiones eran muy superiores.

Todos los que siempre hemos invertido horas en juegos de “manager de fútbol”, hemos aceptado, más o menos, que el entorno gráfico era prescindible y relativo. Sólo queríamos profundidad en el juego y que reflejase, de la mejor manera posible, la realidad. A veces, la profundidad del juego iba vinculada a la plataforma para la que se desarrollaba (8 ó 16 bits). Falta de opciones, fallos técnicos o falta de desarrollo era el pan de nuestro día.

Pero hubo un juego que decidió cambiar esto. Conscientes o no de esta realidad que os he expuesto, pensaron que lo mejor sería intentar mantener la profundidad del juego, sacrificando el apartado gráfico, en sus versiones de 8 bits. Además, tuvieron el acierto de centrar todo el juego en un único equipo a gestionar. Digo acierto, porque a pesar de que no poder escoger equipo le restaba opciones al juego, te garantizaba un detalle poco visto a la hora de gestionar un club de fútbol.

Me estoy refiriendo a Manchester United de Krisalis (1990). La gestión como mánager ofrecía opciones poco vistas hasta la época. Jugadores con nombres reales, presupuesto económico, sistema de traspasos difícil, gestión táctica, lesiones, prensa, sorteos en directo… todo lo que hoy en día nos parece normal para un juego de este tipo, Krisalis ya lo incorporó en Manchester United.

Manteniendo su focalización en el mundo de los Red Devils, las competiciones a disputar eran locales, sin posibilidad de jugar competición europea. Este detalle no empañaba la jugabilidad del producto, ya que habían conseguido un simulador de “manager de fútbol” muy por encima del nivel en aquellos años.

El partido, en la versión de Amstrad, tenía una vista similar al famoso Kick Off y aunque podías jugar si querías, el simulador era bastante flojo. No importaba, siempre podías simular los partidos y esperar un buen resultado. Fueron muchas temporadas, emulando a Sir Alex Ferguson (por cierto, felicidades por tus 25 años en el cargo) hasta conseguir un triplete al mando de los Red Devils, gestionando a las estrellas de la época como Mark Hugues, Bryan Robson, Denis Irwin, Neil Webb o Paul Ince.

Hasta aquí, todo era maravilloso en mi CPC, hasta el día que lo vi en su versión Amiga 500. Sabía que podía haber diferencias técnicas, pero aquello era otro juego. El mismo detalle, y la misma profundidad que en las versiones 8 bits, pero con un minucioso trabajo gráfico impresionante. Sobre todo, durante los partidos, dónde con un scroll horizontal y unos modelados de los jugadores inusuales para la época, te hacían sentir el olor de la hierba recién cortada. Jugadores con sus uniformes reales, movimientos suaves y una física del balón a un nivel muy aceptable. Pero, sin lugar a dudas, lo que más me impresionó fue el detalle del público. Como si hubiesen diseñado a cada espectador de forma independiente. Cada uno con su bufanda, su gorro o su chaqueta dentro de una grada interactiva que reaccionaba en función del resultado. Algo que hoy nos paree normal, pero en 1990 era increíble. Estaba claro, Krisalis había hecho una versión especial para Amiga, porque ni el mejor PC de la época encontrarías ese nivel.

Nunca tuve un Amiga 500, pero desde que existen los emuladores, Manchester United de Krisalis siempre ha estado en mi carpeta de roms. Por casos como este, cuando las opciones actuales no me llenan del todo, mirar al pasado gamer me reconforta.