El factor arcade

Son muchos los artículos que en esta humilde web, hemos dedicado a nuestros añorados salones recreativos y los juegos que campaban por aquellos templos de los videojuegos:

Wonder Boy, Street Fighter II, Super Pang… Son cientos las joyas que los recreativos nos brindaron dando pie a magnificas conversiones en nuestros sistemas domésticos. Conversiones buenas y menos buenas pero con un denominador en común, el “factor arcade”.

Retrocedamos un “poco” en el tiempo. Los 8 bits son los reyes del momento y nuestro país está repleto de un buen surtido de plataformas de ocio electrónico: incombustibles Atari 2600,  novedosas NES y Master Systems, Spectrums y Amstrads por doquier se reparten junto a otros sistemas la oferta doméstica en cuestión de videojuegos. Por encima de todas ellas, las maquinas recreativas imponen su hegemonía, permitiendo a toda una generación soñar despiertos con una simple moneda de cinco duros.

Paralelamente a lo comentado en el anterior párrafo, los salones recreativos eran el campo de pruebas perfecto para las desarrolladoras. Si un juego tenía una buena aceptación como maquina arcade, realizar una conversión para el mercado doméstico era una apuesta segura. Y nosotros felices con esta dinámica, claro está.

 

En consecuencia, en unos años en los que la información se nos administraba a cuenta gotas mes a mes, uno se sorprendía en más de una ocasión al ver que ese videojuego que tanto le gustaba en los recreativos, estaba disponible en su videoclub o tienda habitual de videojuegos por 895 Pts. para su ordenador. Los años pasaron y nuevos medios de prensa fueron apareciendo así como nuevas consolas y ordenadores de 16 bits, pero el procedimiento era el mismo en muchas ocasiones, si un juego triunfaba en el recreativo la conversión estaba asegurada para nuestro gozo y disfrute.

Llegados a este punto, todos sabemos perfectamente que hubo conversiones muy logradas, otras normalitas y otras que no tuvieron tanta suerte. Pero fuesen como fuesen, todos las recibíamos en un primer momento con una gran expectación e incluso las tratábamos de forma distinta al resto de los videojuegos, dándoles en ocasiones muchas más oportunidades de las que se merecían, dicho de otra forma, las conversiones disfrutaban normalmente de nuestra indulgencia continuada (salvo horrorosas excepciones, evidentemente).

Es todo este cúmulo de comportamientos, sentimientos y concesiones, el que me ha llevado a hablaros del “factor arcade”, un aspecto aprovechado hasta la saciedad en la publicidad por parte de las distribuidoras de antaño, en el cual nosotros caíamos muy gustosamente una y otra vez sin problema alguno. Y es que… ¿Quién se podía quejar de tener un Golden Axe en su ordenador de casa?

 

El “factor arcade” era poderoso, muy poderoso. Si lo pensamos bien, resulta increíble como la industria del videojuego, dejó caer todo un mercado que nutría al doméstico de una forma tan evidente, por la sencilla razón de los beneficios a corto plazo. Conozco perfectamente la evolución tecnológica de los sistemas domésticos y el gran logro que supuso colocarse a la par de las maquinas arcade, pero en mi humilde opinión, si hubiese existido una industria más cohesionada y mirando por sus intereses futuros, no hubiesen dudado en mantener vivo a nivel mundial (no solo en Japón y Korea de Sur), el mercado de las recreativas con maquinas mucho más potentes que cualquier sistema doméstico.

Pensadlo por un momento, ya sé que en la practica fue imposible debido a la gran competencia y a que el logro/objetivo en esos años el cual se consiguió con las 32 bits y posteriores, era llegar al nivel de las recreativas, pero desde que liquidaron el mercado de los salones recreativos millones y millones de euros han sido forzosamente invertidos en publicidad en todos los medios y a todos los niveles. Desde el primer momento en que los salones recreativos dejaron de ser un punto de referencia, la industria perdió voluntariamente una herramienta de marketing de un alcance e importancia indescriptible: Ves al salón de tu barrio o pueblo, prueba nuestro nuevo juego, gasta tu dinero en nosotros, enamórate, deséalo y alégrate… porque en poco más de un año lo tendrás en tu casa.

 

Buff… ¿Cómo dejar perder semejante caramelo? Las maquinas arcade nutrían perfectamente el mercado doméstico creando una simbiosis como nunca jamás se ha vuelto a ver. No es solo que nos dejasen probar un videojuego en cuestión, es que nos hacían desearlo, el “factor arcade” entraba en juego y como humanos que somos, todos queríamos lo que no podíamos tener. Y todo esto, sin gastarse un duro de publicidad, ni hype ni tropecientas copias distribuidas por webs de medio mundo.

Pero todo eso se acabó, la magia se apagó y el “factor arcade” pasó a la historia. Todos podemos recordar esa sensación de insertar el cartucho en nuestra consola y pensar “la pasta que me voy ahorrar a partir de ahora”, echar un primar vistazo y decir “los gráficos no son lo mismo pero el juego sí”, fliparlo directamente con juegazos que nada tenían que envidiar a sus hermanas mayores o mirar nuestra estantería y ver con orgullo esas cajas perfectamente ordenadas con los nombres y dibujos que tanto habíamos esperado llegar a tener.

 

El “factor arcade” jugó un papel determinante en la historia de los videojuegos, muchos fueron los sistemas que subieron al olimpo gracias a determinadas conversiones, llegando incluso a existir plataformas especializadas en este mecanismo de marketing como la NEO-GEO o la infravalorada en sus tiempos Dreamcast entre otras. Y nosotros felices, perdonando sus errores o vanagloriándonos de sus semejanzas con el original. Fueron en este caso y sin ninguna duda, tiempos felices, tiempos mejores… Poder jugar acompañados por los amigos en salones en los que compartías una misma pasión con todos los presentes, para meses más tarde llevarte esa joya ya demostrada a tu propio hogar, es algo que difícilmente volverá a repetirse. Aunque eso sí, un servidor sería el primero que muy felizmente vaciase sus bolsillos si el “factor arcade” reemprendiese su camino como en el pasado.

 

16 comentarios en «El factor arcade»

  1. Interesante artículo David. El «factor arcade» es una de esas sensaciones que se han perdido, para no volver, como son otras muchas propias de los 80 y 90, el soplar un cartucho, o, si nos alejamos de los videojuegos, quedarnos tras las clases de por la tarde jugando al escondite. Ahora todo son actualizaciones y marketing, y esto ya solo son recuerdos y nostalgia, que a algunos todavía nos emociona, y, al menos yo, nos hace sentir lástima por el mundo actual, que ni conoce ni parece que vaya a conocer nunca esas agradables sensaciones, como la que tu describes.

  2. La verdad es que guardo buenos recuerdos de los salones recreativos de los ’80. Recuerdo haber jugado al Double Dragon, Ghosts ‘s Goblins, Streets of rage, Golden Axe, Gun Smoke, 1941, Out Run, Pac-Man, Mario Bros. y muchísimos más. Pero desde que descubrí la potencia, comodidad y la necesidad de no tener que echar monedas en las videoconsolas domésticas en la intimidad del hogar, ya no eché de menos los salones recreativos.

    Guardo buenos recuerdos de los ’80, pero muchos más y mejores de la época de las consolas de 32 bits con la PlayStaion a la cabeza.

    Pero como todo en la vida, cuestión de gustos y sensaciones.

    Un saludo a todos.

  3. Por cierto. ¿Alguien del Blog ya sean autores o lectores piensa ir el mes que viene a la feria de Retro Madrid? Lo pregunto porque yo estaré por allí el sábado día 9. Soy de Las Palmas de G.C. y es la primera vez que voy a visitar esa feria.

    Espero que esté bien y pueda traerme algo para casa 🙂

    Saludos.

  4. La verdad es que tenéis toda la razón. Esos sentimientos son indescriptibles.
    El esperar con tus amigos sentados en el escalón de la persiana, esperando a los dueños para que abrieran los recres. Ayudarles a encender las máquinas (siempre caía alguna partida gratis) o superar el Ranking del dia a algún pringao de la sala, ufff… eso no tiene precio. ¡El sonido de la sala con todas las máquinas encendidas!
    Coincidiendo 100% con David V. Cualquier conversión de las recres, daba igual si era en ordenadores o consolas de 8 bits, no se les hacía ascos a nada. Daba igual que faltara niveles, o los personajes más pequeños, y que cambiaran el colorido o recorte del nivel. El mero echo de tener un juego en tu casa, y que otras muchas personas no lo tenían, era todo un orgullo. Poder decir: -Este juego lo tengo en casa-.
    También las ganas de que un juego muy «solicidado» en el salón, ya fuese Super Pang, Snow Bros, o Mortal Kombat, acabara conversionado para casa de tu juego favorito era todo un sueño de gamer.
    Recuerdo cuando ví las conversiones de MK para Master System así como Dinamite Dux, Shadow Dancer, Ghouls´n Ghosts o Bubble Bobble, New Zealand Story, etc… o cuando recibí el juego Final Fight en el CPC o el Street Fighter II en Snes o Golden Axe en mi Amstrad PC 1512… ¡solo de pensarlo me pone los pelos de punta! ¡Parece que reviví ayer aquellos sentimientos!
    Lástima que sólo se pudiese revivir en aquel entonces.
    Siempre que paso por la persiana del local donde una vez estaban los recres, me hace recordar con nostalgia aquellos momentos, aquella juventud, aquellas quedadas y piques que quedan destruidos al ver el cartel del Xiao Ling todo a 100.

  5. A mi siempre me pasa algo Guepardox. ¡Me encantaría ir! Pero en Abril tengo un bautizo… ¡Otro año más que me da que no podré! ¡Y tengo unas ganas!
    Ya veremos, sino en Retro Mallorca, no sé. 😥

  6. Aquí son Fallas! Guepardox y si a eso lo añado que estoy en paro (entre esos más de 6 millones) ahí estoy yo. 😀 Pero moviéndome estoy. 😉 No hay que perder la esperanza. A ver como me las arreglo. Pero vamos si hay que ir se va, ir pa ná es tontería. 😀

  7. Yo tengo pensado ir, pero todavia no lo sé seguro.
    Deja sitio en la maleta Guepardox porque seguro que algo te llevas, el año pasado estuve yo y salí de allí como una loca en rebajas, cargadito de bolsas.

  8. Pues para ir yo. 😀 Con la de cosas tan guapas que he visto en las fotos… Una ruina vamos. Miedo me da de ir y empezar a comprar que su un juego, un libro, una figurita,… Ufff….
    Fuí a la feria del Manga en Valencia y salí hasta con una caja con las bolas de Dragon Ball Z. ¡Y eso que fué floja la feria! 😀

  9. Miedo me dais. Haber si me van a cobrar en el aeropuerto por sobrepeso 😀

    ¿Cómo podemos ponernos en contacto en el caso de que vayas, jauma?

  10. yo no estoy seguro de si podré pero mi intención es ir a retro madrid. Este año también será en matadero madrid?
    Yo el mejor año q recuerdo fue el que se celebró en la facultad de informática, ese fue la leche!! mazo cosas q comprar guapas!
    xD
    Intentaré ir

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