Super Nintendo, un sueño cumplido

Para muchos de nosotros, los videojuegos son algo más que un simple entretenimiento. Acompañándonos a lo largo de nuestra vida, han sido testigos de nuestra infancia, adolescencia y en mi caso, también de la presente madurez.

Muchas son las experiencias vividas y compartidas, al igual que muchos son los buenos recuerdos en los que los videojuegos hacen acto de presencia. En esta ocasión, quiero compartir uno de los momentos claves en mi relación con este hobby, una historia de amor sin odio: La llegada de la Super Nintendo a mi vida…

Todos tenemos una plataforma favorita y no es ningún secreto que la Super Nintendo ocupa ese lugar de honor en mi colección. La Super Nintendo fue una consola de videojuegos bien diseñada y lo más importante, bien surtida de buenos videojuegos, siendo muchas las grandes sagas que nacieron o pasaron por sus circuitos.

Está claro que la Super Nintendo por si sola puede hacer frente, gracias a su catalogo y prestaciones, a cualquier “seguero añejo” que ose criticarla, sus prestaciones y especificaciones son de sobra conocidas. Por eso mismo, en este artículo mi intención es la de compartir con todos vosotros un aspecto mucho más “personal” de dicha consola, el inicio de un idilio que duró mucho años y que seguramente, la mayoría de vosotros habrá vivido de una forma similar con esta u otra consola de videojuegos…

El año 1992 es recordado por la sociedad en general por muchos y diferentes motivos: Las Olimpiadas de Barcelona y la Expo de Sevilla (dos grandes acontecimientos), la firma del Tratado de Maastritch dando forma a la Unión Europea, el fallido golpe de estado de Hugo Chávez y un sin fin de sucesos conformaron uno de los años más intensos de finales del siglo XX. Pero para muchos de nosotros, 1992 es el año en que el “Cerebro de la Bestia” llegó a nuestras vidas…

En aquella época, un servidor no era más que un chaval de 11 añitos preocupado por aprobar los cursos de la E.G.B., llevarse bien con los amigos y que pasase el tiempo rápido para que llegasen los fines de semana o las vacaciones, fuesen las que fuesen. Las preocupaciones normales de un chico normal… pero con un hobby que cada vez se hacía más y más popular: Los videojuegos.

Para mí siempre habían estado ahí, mis primeros recuerdos ya estaban ligados a ellos y mi afición por los mismos no hacía más que crecer día tras día. A diferencia de ahora, por esos años mi hobby preferido dependía completamente de la benevolencia de mis padres, tanto en tiempo de disfrute como en plataformas o juegos. Ellos eran quien me suministraban y dosificaban…

En consecuencia y a pesar de mis cansinos y repetidos ruegos por obtener otras plataformas como la veterana NES, en mi humilde morada y dejando las Game & Watch a un lado, dos eran los sistemas actuales en esa época de los que disfrutaba como un niño que era: Un Spectrum 128K y una flamante Game Boy.

Aun siendo consciente de la existencia de sistemas mucho más potentes tanto en ordenadores como en consolas, la verdad es que el Spectrum y mi querida Game Boy cubrían perfectamente todas mis necesidades, convirtiéndome ya en aquella época en un defensor a ultranza de sus bondades. Mi Spectrum no tenía los gráficos de un Amiga o tan siquiera de una NES, pero podía programar mis propios juegos en Basic y los juegos me costaban 395 Pts. Respecto a la Game Boy… de poco servían los gritos segueros en los recreos tipo “¡Mi Game Gear es a todo color!”, ¿acaso les cabía en el bolsillo?, ¿cuántas pilas gastaban a la semana? Ahí sí que no había “color”, mi Game Boy era lo más y con ella surgió mi amor por Nintendo.

De está forma, decenas y decenas de juegos en cinta se turnaban en el hogar y unos pocos cartuchos eran suficientes para disfrutar de patios y salidas de fin de semana. La pequeña Game Boy había creado un escudo frente a las consolas de Sega como la todopoderosa Megadrive y afortunadamente, era lo suficiente maduro para saber que en caso de que mis padres aceptasen comprarme una NES, al precio que estaban los cartuchos iba a tener dos al año y con suerte… Nada que ver con mi súper ritmo de adquisiciones spectrumeras a 395 Pts. Todo iba bien en el particular mundo de “mini-Deivid” hasta que la vi…

Me enteré como todo el mundo, prácticamente no había otra forma en esa época, hacía tiempo que llegaban rumores, pero aquello era un verdadero notición que se propagaba a un ritmo acelerado por todos los patios de media España. La Super Nintendo llegaba a nuestras fronteras, lo decía la Hobby Consolas así que tenía que ser cierto, todavía faltaban meses, pero el “Cerebro de la Bestia”, la 16 Bits de Nintendo por fin iba a llegar a tierras españolas. Y yo la quería por encima de todo.

Así fue como mes a mes, portada tras portada, reportaje tras reportaje y captura tras captura, mi pobre Spectrum se iba haciendo apresuradamente más y más viejo, mientras que mi querida Game Boy iba cambiando su rol de consola “para todo” a consola portátil no ideada para uso doméstico. La Snes estaba por venir, todo lo que se podía leer o ver de ella era sencillamente alucinante, no nos vendían promesas, nos vendían realidades.

Es verdad que en esos años ya disfrutábamos de una flamante Megadrive por nuestras tierras, pero mi ceguera Nintendera había logrado que sin tan siquiera haber probado la Snes, ya diese por hecho que era muy superior a la 16 bits de Sega. Tenía su lógica, había salido más tarde y por lo tanto lo normal era que fuese superior técnicamente. Un razonamiento sencillo de un chaval de 11 años que afortunadamente no iba mal desencaminado…

La cuenta atrás estaba en marcha, y como miles de niños mi olvidada hucha volvió a tener un nuevo objetivo. Cada moneda o billete que llegaba a mis manos acabaría dentro de mi lata de hojalata. El trato con mis padres era sencillo en esta clase de “caprichos” para ellos y necesidades básicas para mí, yo ahorraba la mitad y ellos ponían el resto con la única condición de sacar buenas notas al final de curso. Desconozco si el Colegio de Psicologos aprueba esta metodología del premio al esfuerzo, pero en mi caso supuso el mejor de los alicientes.

Fueron semanas interminables, meses que no llegaban a su fin en los que mi objetivo era recolectar el máximo de dinero posible de todos mis familiares, buscar alternativas de negocio como la venta de fotocopias de Dragon Ball y estudiar, estudiar y estudiar…

Y llegó el día, pero no era el mío. La Super Nintendo se lanzó en España y desconozco si hubo colas en las tiendas o cuantas miles de unidades se vendieron la primera semana, no existía Internet y las revistas eran quincenales o mensuales, pero el “Cerebro de la Bestia” ya había llegado. Estar en el Pryca y tener una caja de la Super Nintendo en tus manos, sabiendo que se va a quedar en el estante de donde la has cogido, es una experiencia totalmente desesperanzadora… Su peso, su forma, sus capturas de pantalla del Zelda en la parte de atrás… Todo era perfecto menos la realidad, todavía faltaban meses para los exámenes de Junio y lo de “la compramos ahora y ya veréis como estudio” no colaba con mis padres.

El tiempo pasó y como todo en esta vida, mi día también llegó. Una mañana soleada de Junio me subí al coche de mi padre y como cada año a final de curso, los nervios empezaron a recorrer mi piel. ¿Habría aprobado?, ¿me quedaría alguna asignatura?, ¿tendría que estudiar en verano?, ¿debería esperar hasta Septiembre para tener la Snes entre mis manos? Afortunadamente, aprobé…

No recuerdo donde la compramos, no me acuerdo de mi cara, de mis gestos, de mis palabras al primer contacto tras haberla adquirido. Mi cerebro ha borrado esos recuerdos de espera interminable desde la tienda o comercio hasta mi casa, pero me acuerdo perfectamente de los momentos inmediatamente anteriores a su disfrute:

Estaba con mi padre en el portal de mi antigua casa, un séptimo “G”. Tenía la consola entre mis manos y no paraba de leerle a mi padre las prestaciones de la consola: Sonido calidad CD, gráficos súper 16 Bits… Él se limitaba a hacerse el asombrado y seguirme la corriente. ¿Era un niño feliz? Sí, materialista y feliz. En escasos minutos la consola de mis sueños estaría conectada en el televisor del comedor, me lo había ganado y tenía todo un verano para disfrutarla. Subí las escaleras del recibidor sin dejar de mirar mi pequeño tesoro y la subida en ascensor se hizo más larga que de costumbre, cuando mi madre abrió la puerta y me vio con la caja ya sabía que notas había sacado.

Abrir la caja con sumo cuidado, oler su interior, leer todos los manuales, coger su mando, admirarla, contemplarla… Era lo mínimo que podía hacer frente a esa obra maestra que había llegado a mi hogar, después de una larga espera los 16 bits pisaban mi casa y como os podéis imaginar, mi particular salto generacional de un Spectrum 128K a una flamante Snes era algo más que espectacular. La Super Nintendo se merecía todo mi respeto.

Después del ritual de apertura y tras haberla montado y sintonizado, mis padres, mi hermano pequeño y yo estábamos preparados para ver si realmente la Snes era tal y como la pintaban. El juego que incluía la consola era y es, uno de los mejores videojuegos de todos los tiempos, el insuperable Super Mario World. Pero yo todavía no lo sabía…

Impresionante colorido, máxima definición, tremenda fluidez de movimientos, sonido de lujo, tecnología punta, ergonomía, inmediatez, sencillez, libertad, complejidad, avance, salto técnico, asombro, perplejidad, insuperable, perfección… Todo esto es lo que experimenté y sentí cuando mis manos tomaron el control de un combo perfecto, la Super Nintendo y el Super Mario World. Jamás he vuelto a tener era sensación.

La Super Nintendo fue la consola que consolidó para siempre mi afición por los videojuegos. Año tras año, juego tras juego, fue mi fiel compañera de viaje sin darme ningún problema, sin averías, sin rechistar, solo alegrías. La Súper Nintendo ha sido la consola de mi vida y realmente me siento afortunado por ello, esta historia podría haber sido igual con cualquier otra, lo sé, pero tuve la gran suerte de coincidir con ella en tiempo y lugar.

Adquirir mi primera consola de sobremesa fue un sueño cumplido del que todavía disfruto de vez en cuando, la sigo teniendo, la sigo queriendo y me sigo divirtiendo con ella. Estoy seguro que muchos de vosotros habéis vivido una experiencia parecida con esta u otra consola y me encantaría que al igual que he hecho yo, compartieseis vuestros recuerdos con todos nosotros a través de los comentarios. Por mi parte y como comprenderéis, solo me queda despedirme e ir a encender de nuevo mi vieja Super Nintendo, a diferencia de otras, ella sigue ahí como siempre, perfecta e insuperable.

28 comentarios en «Super Nintendo, un sueño cumplido»

  1. Se parece tanto a mi vivencia con esta consola (bueno, con unas cuantas diferencias), la mejor de la historia, que se ha puesto la piel de gallina. El mejor regalo de Navidad de toda mi vida. La de veces que, antes de tener la consola, me había parado embobado en un escaparate mirando la intro de Super Mario World. La sensación al poder por fin jugarlo…Es algo que no se puede explicar.

  2. Me siento totalmente identificado. Me ha hecho gracia algo que antes no lo valorabamos: la fiabilidad de las consolas. Da igual que fuera Sega, Nintendo o la que fuera, solo te daban alegrías (Bueno, igual tenías que «soplar» en algun cartucho pero vamos, eso era todo…

    A mi me regalaron el pack de Super Mario World + Street Fighter II… Que de recuerdos… En fin, ¡bien escrito David V!

  3. no pude tener esta consola en su epoca, la pude tener casi al final de su ciclo, en el 96 que la consegui en un concurso patrocinado por pepsi en continente, aunque la pude disfrutar y muchos gracias a algunos amigos, alguno tenia incluso unidades de backup por disquette y pude ver cosas como chrono trigger, final fantasy vi, etc… en su epoca, es de las consolas que mas cariño le tengo.

  4. Me encantan estos tipos de articulos, de vivencias y experiencias que he sentido como propias en algún momento de mi vida. Realmente no es para nada lo mismo comprar una consola de segunda mano, que tiene aún grabadas las huellas dactilares de su anterior dueño y viene en una bolsa de embalaje, que abrir por vez primera la caja en la que viene inmaculadamente nuestro nuevo amigo, respirar ese olor a nuevo, desenvolver los cables y mandos de sus plastiquitos, leerte los librillos de instrucciones, en fin, saborearlo…no, no es algo que te pueda dar una consola de segunda mano. A lo largo de mi vida he repetido esta experiencia con la Nes, mi primera consola nueva, la Megadrive, luego con la Mega Cd, la Psp y hace un mes, por gentileza de mi querida novia y madre de mi hijo, con una Wii Familiy Edition de color negro con el Mario Kart. Mi novia no entiende todavia como alguien de 34 años puede llorar de alegria por algo así, abrir una consola nuevecita. Y eso es algo que por mucho que se lo explique no podrá entender.

  5. David V, me has hecho recordar mi gran momento cuando la compré. ¡Que precioso momento! ¡Jamás he visto o leído tantos adjetivos para describir una sensación! Muy bueno.

    Yo aproveché en un cajón que habilité para mi Master System II y mi Snes estuviesen funcionando juntas sin sacarlas del mismo.
    Le mentí a mi madre diciéndole que me iba a jugar al frontón con mi hermano. Llevaba la bolsa de deportes con las raquetas, que éstas sobresalían de la bolsa. Me fui a la estación de mi pueblo junto con mi hermano, de mi pueblo hasta Valencia, y en la estación pregunté en varias paradas, cual llevaba a la Plaza de España, ya que detrás de la misma, estaba la calle Pintor Benedito con su flamante Mail (hoy Games que aún sigue allí). Allí compré la Snes, otro pad, el Super Pang y Lost Vikings. Mi Snes venía con el Mario All Stars, y como a mi los «Marios» no me iban mucho, más tarde se lo cambié a un amigo que si le molaban por el flamante Street Fighter II.
    Antes de volver a coger el autobús, me deshice de la caja (hoy no lo haría ni de coña). Puse las instrucciones y consola y todo con sus plásticos en la bolsa… ¡Dios iba a reventar! Recuerdo los nervios y las risas picaras de ¡que ganas tengo de llegar! ¡Espero que no esté en casa! y la emoción de tener una consola como las de las recres.
    Al ser sábado por la mañana, mis padres se habían ido a comprar al mercado de mi pueblo (Foios) y ¡ni se enteraron!.. ¡Jamás se me ha hecho tan largo un viaje! Que emoción oler el libro de instrucciones nuevo, el buscar el canal… ¡Indescriptible!
    Hoy por hoy, tengo la mía que compré y la japonesa y americana. Tuve el adaptador Honey Bee, pero empezó a fallarme la carga de los cartuchos de tanto usarlo. Así que pasé de él y me compré las otras.
    Hoy por hoy sigo jugando, el mes pasado me compré 2 juegos más para ella en versión americana: Flashback y Bio Metal. También lo tengo emulado en la recre, Nintendo DS Litte y en la PSP.
    No cambio ni cambiaré mi amor por esta consola, además paradojas de la vida, esta máquina salió el mejor día de mi vida, el 11 de Abril de 1992 (en Europa)… el 11 de Abril… el día que yo nací. Aunque soy del 77.
    Un gran gran artículo David V.

  6. Se me olvidó darte la enhorabuena por el artículo David, ojalá podamos leer muchos así.
    Ah…Dani, la incredulidad de los padres, que habría sido de nosotros sin ella. Mi pueblo natal siempre ha estado un poco marginado en cuanto a tiendas de este tipo, hasta hace 3 años que pusieron un Game. Recuerdo que mi madre me compraba los juegos de Nes en una relojería (que aún sigue) y que tenía un expositor de color negro de Nintendo con varios juegos. Había (y hay) un bazar, donde mi padre me compró la Spectrum, pero el tio era un poco sinvergüenza porque compraba juegos de segunda mano, los precintaba de nuevo y los vendia como nuevos a un precio mas elevado que en la relojería. Tal y como estaba el panorama no tenía casi mas remedio que hacerme socio del Centro Mail. Recorté el cupón que venía en Hobby Consolas, lo mandé con mi primer pedido, Super Mario Bros, por 4200 pelas que me gasté a fuerza de ahorrar hasta el último duro que ganaba con mi paguilla semanal. Pero para evitar mosqueos varios por parte de mis padres, porque no era mu buen estudiante que digamos puse la dirección de un compi del cole, luego él me lo traía y ellos ni se enteraban.

  7. Bueno Dobrigin… fueron ignorantes hasta que mi madre me piyó, al hacer la colada, que me dejé el ticket de compra del juego Hagane para Snes en el bolsillo del pantalón.. Entonces me costó 9.900 ptas (algo menos de 60€). A mi padre, que no le va este asunto ni de broma, ya que de enfermos no nos tachaba, que riña me metió. Luego cada vez que aparecía en algún artículo del periódico que los videojuegos eran dañinos y producía una peligrosa adicción, pues fui buen chico y desde entonces, dejé de leer. 😀

    Cuando fué el cumple de mi hermano, que siempre se quejaba que compraba juegos para mí (claro está yo curraba y el estudiaba), le regalé el International Super Star Soccer Deluxe ¡¡¡14.990pts!!! (vamos 90€), la alegría que le dio a mi hermano. Mi madre al oír sus vítores, me dijo: ¿Lo has comprado? Y yo le dije que no que me lo dejó mi amigo Raúl, al que ya puse al día por si le preguntaba. Aunque el ticket lo escondí muuyy bien y nunca lo piyó. 😉
    Y nos quejamos que los juegos de ahora son caros, pues en relación sueldo y año… salia más caro que ahora.
    Dobrigin… cuando miro atrás y empiezo a recordar momentos… me doy cuenta que lo rápido que pasa el tiempo. Recuerdos que permanecen ahí como si los hubiese vivido ayer.

  8. Wow cuanta nostalgia hay en cada palabra en cada letra y signo de este articulo creo que muchos nos sentimos asi, a mi me paso con el Atari 2600, recuerdo que se lo compraron a mi hermano pero aun asi yo estana emocionadisimo por ya probarlo, lo chistoso es que por una pequeñisima cantidad de dinero no nos compraron el NES, pero aun asi el Atari era una muy buena opcion.

    Yo la primer vez que supe del SNES fue en una revista Club Nintendo por ahi de 1991 y con solo ver las imagenes ya uno se emocionaba y bueno aun hoy juego lso fines de semana mi SNES, este fin de semana pasado estuve jugando ISSSD, Me encanto el articulo.

  9. Enhorabuena por esos maravillosos recuerdos Dani y gracias por compartirlos con nosotros.
    Todos tenemos grandes recuerdos de las consolas que hemos utilizado a lo largo de nuestra vida, pero siempre hay una a la que tienes un cariño especial, en mi caso, la MEGADRIVE.

    Para todos los de nuestra generación (yo soy del 80), que ya habiamos experimentado nuestras primeras sensaciones delante de unos mandos con los 8 bits, el salto a los 16 bits supuso un cambio tecnológico brutal, y a la edad de 12-14 años es seguramente cuando uno más disfruta de esta aficción, ya que dispone de mayor número de conocimientos, que mezclados con mucho tiempo libre, dan como resultado la mejor época para un jugón.

    A mi me compraron la Megadrive en el 93 y fueron 3 años maravillosos con mucha ilusión por conseguir las novedades que salían y muchas horas disfrutando de esta gran aficción que son las consolas.
    Nunca tuve la SNES, pero últimamente he jugado en emuladores y sin duda fue una consola especial, lástima no haber podido disfrutar en su momento de las 2: SNES y MEGADRIVE.

    @Dani_kick: Menudo piratilla estabas hecho jeje, yo lo mas malo que hacía era remover todos los armarios en visperas de reyes para buscar los juegos que pedía.

  10. Maravilloso reportaje, David V, como todos los que haces. He disfrutado leyendo tu historia con la SNES. La SNES era y es una gran consola, pero si una gran consola no tiene grandes juegos es una consola más. En el caso de tu querida SNES eso no pasó, tenía juegos fantásticos.

    Mi experiencia fue con la PSX. ¡Qué recuerdos! ¡Aaay!

    Yo no estaba al día de lo que salía al mercado con respecto a consolas y videojuegos. A lo largo de mi vida jugué a la Atari 2600, Megadrive, Gameboy, Gamegear, algún que otro ordenador retro y en salones recreativos, pero desde un punto de vista pasajero. Momentos de ocio sin más. Pero todo cambió cuando probé por primera vez la Playstation sobre el año ’98. Pero para poder comprender mejor la intromisión de esta consola en mí vida retrocedamos un poco en el tiempo.

    Todo comenzó en el año ’96. Yo por aquel entonces estudiaba en F.P. Tenía 22 años. En el instituto había repetido varias veces curso. Más tarde hice cursillos por aquí y por allá, hasta que al final decidí entrar en formación profesional. Allí hice grandes amistades, y aún hoy en día, con mis 38 años, conservo algunas de ellas y nos seguimos viendo. Hice mi primer curso del ’96 sin problemas. Todo aprobado. Durante el año hacíamos campeonatos de fútbol por aulas, yo monté un grupito de música con algunas colegas, salíamos de marcha… en fin, muchas cosas pero nada de videojuegos.

    Todo cambió durante el transcurso de mi segundo año. Transcurría el año ’97. Comencé a escuchar rumores sobre videoconsolas de videojuegos. Recuerdo que un colega nos dejó a mí y a otro amigo de clase la Megadrive con el juego Probotector (de la saga contra) y como era para dos jugadores nos lo pasamos juntos recorriendo todos los caminos diferentes de los que optaba dicho juego, lo exprimimos al máximo. Año ’97 y yo jugando a la Megadrive, ignorando que existían consolas más potentes ahí fuera. Fue entonces cuando Mario, no ese fontanero de bigote y gorra roja que va dando saltos por aquí y por allá, sino ese amigo de clase que compartía noches tan divertidas a mi lado jugando al Probotector trajo a mi casa una consola llamada Playstation, consola que le había pedido prestada a un colega por una noche. Yo hasta entonces había escuchado rumores, pero no me había molestado en mirar en tiendas ni en revistas, ya que en esa época jugaba esporádicamente y no de manera habitual y pasional como ahora.

    No recuerdo con claridad si fue a finales del año ’97 o a principios del ’98. Lo que sí recuerdo bien, y que se quedó grabado en retina para siempre, fue la intro del juego que mi amigo trajo junto a la consola, el «FIFA: Rumbo al mundial ’98». Nunca había visto una intro tan espectacular, tan preciosista y con una banda sonora tan bonita. Tampoco había tenido la suerte de David V de haber conocido y disfrutado de una de las consolas jamás creadas en este panorama videojueguil, por falta de ignorancia o tal vez simplemente por falta de interés en esa época de mi vida. Pero lo que si tenía claro en ese momento es que esa intro me había dejado impresionado. Comenzó el juego, mi amigo se quedó dormido en el sofá varias horas después y yo me vi disputando partidos a las 7:00 de la mañana. ¡Qué locura! Después de esa noche comenzó a cambiar mi forma de ver los videojuegos.

    Días y meses después, otros compañeros que tenían la Playstation me la prestaban. Otros me dejaban su N64. Flipaba con juegos como; Resident Evil, Tomb Raider, GoldenEye, Mario Kart, Star Wars: shadows of the empire… Y fue entonces cuando empecé seriamente a plantearme la adquisición de una videoconsola de última generación allá por el año ’98.

    Me recuerdo en la cafetería del F.P. reunido con varios colegas de clase, mientras nos tomábamos un cortado o algún refresco, debatiendo con ellos por cual consola decidirme; ¿Playstation o N64? Uno de ellos, Sebas, me contestó; cómprate la Playstation, tiene más juegos. No le faltaba razón, la N64 hacía poco que había aparecido y la Playstation ya llevaba unos años en el mercado. Después de meditarlo esa noche con la almohada me decidí.

    Esperé con paciencia a mi cumpleaños que estaba a la vuelta de la esquina para conseguir dinero. Fue ese día, jueves, 30 de abril de 1998 cuando me dirigí a El Corte Inglés, (desconocía que existieran tiendas especializadas como Centro Mail, ¡viva mi ignorancia!) subí a la segunda planta y me dirigía a una chica. Por favor, quisiera comprar una Playstation con el Resident Evil 2 le comenté (juego que acababa de salir al mercado). La chica me dedicó una sonrisa amable y poco después aparecía con la caja de la consola por un lado y el juego por el otro. Pagué 30.000 pesetas de ese época por la videoconsola y 12.000 por el juego (un poco caro el juego, la verdad, pero en ese época desconocía como estaba el mercado en ese género). Marché rumbo a mi casa con la bolsa y una sonrisa en los labios y al llegar, desempaqueté todo, enchufé la consola, coloqué el juego y… ¡guau!, ¡qué intro!, ¡qué gráficos!, ¡cuánta emoción! Recuerdo lo que un colega me comentó cuando vio la intro del juego días después. ¡Mira que realista!, ¡como se mueve la aguja del kilometraje del coche!

    Ese fue mi primer juego. Me lo acabé tantas veces que conseguí todos los extras que se escondían en él; armas, municiones infinitas y personajes secretos como Hunk y Tofu.
    Después de ese juego llegaron muchos otros como Resident Evil 1, Doom, Tomb Raider 1, 2 y 3, Medievil, Tenchu, Broken Sword… hasta más de cien que tengo actualmente.

    Allá por el año 2005 me decidí a abarcar más sistemas de entreteniendo, y así fue como comencé a coleccionar otras consolas aparte de las de Sony. Habían muchas maravillas videojueguiles ahí fuera como para dejarlas escapar y no hacerles ocupar un puesto de honor en mi estantería de coleccionista.

    Nunca olvidaré esos primeros años en los que me sumergí en este mundillo de cabeza. El año 1998 para mí fue un gran año.

    Un saludo para David V y mi enhorabuena por este gran reportaje de tu infancia que he leído con gusto. Y un saludo también para todos los comentaristas como son; Tetsujin, Samuel García, melchiah, Dobrigin, jesse1978 y Dani_Kick que siempre está ahí, al pie del cañón.

  11. Perdón por dejar fuera tu comentario jauma80, pero lo vi después de publicar el mío. Un saludo para ti también.

  12. Gracias Guepardox, me alegra que disfrutes con esta gran aficción que son los videojuegos, lástima que no disfrutaras en su momento de la época de 8 bits y sobre todo la gloriosa época de 16 bits, pero seguro que mediante emuladores o si coleccionas consolas le dedicas algun ratillo que otro.

    Un saludo compañero.

  13. Gracias a ti tambien Guepardox!

    Estoy siempre aquí porque es mi pasión, mi «droga» sana. He seguido esta página desde sus inicios cuando sólo era museo. Ahora que hay gente maravillosa que hace posible esta web: David V, JMV, Daniel J, Imsai8080, Gerardo V (me acuerdo de él), jagpgj, Xavinus y todos los que hacen posible esta web (incluso Dobrigin que hizo un artículo genial y lleva tambien desde el principio), Kaiser 77… ufff… y todos… me encantan.
    Son como los amigos que nunca tuve… Te reunes, aprendes, te cuentan impresiones, ven las mias,… en fin… que es raro el artículo que no participo, porque cuando no lo hago es porque no sé de que va el tema…
    Y a los mas nuevos como tú Guepardox y Jauma80 (es un tio genial) vereis como acabais como yo: con Infoconsolitis grave. 😀 Siempre estoy esperando que hagan un artículo 😉 A ver si me animo y envio uno yo también, pero es que el nivel de aquí es muuuyyy grande.
    Un abrazo a todos.

  14. Si, jauma80. Fue una pena que no disfrutara más atrás en la historia y solo de manera pasajera. Pero bueno, como dice el refrán, más vale tarde que nunca. De todos modos tengo los juegos más punteros de las consolas de 8 y 16 bits y los juego de vez en cuando.

    Si, Dani_Kick, yo también visitaba esta página desde que era solo museo, pero desde que comenzó este blog lo visito con muchísima frecuencia. No he comentado tanto como tú, pero te aseguro que siempre estoy leyendo los nuevos reportajes.

    Yo también disfruto aquí compartiendo mi afición con otras personas que coinciden con mis gustos.

    Un abrazo a todos, igualmente.

  15. Buenas , llevo ya un tiempo siguiendoos , y no ha sido hasta hoy que me he animado a loguearme , y ha sido mas que nada a que como a vosotros , la super nintendo supuso un antes y un después en mi vida consolera , si no os importa os pongo en situación , yo era poseedor de un amstrad cpc 6128 plus , que como sabreis era un poco mejor tecnicamente que el spectrum ( un poquito solo ) y mi mejor amigo tenia la NES y deseaba poder jugar al Super Mario 3 en mi casa , esos gráficos , esas melodias , esa jugabilidad … yo amaba mi Amstrad pero …. menuda diferencia! Hasta que un dia leí en la Hobby consolas que iba a salir la Super Nintendo , al igual que vosotros , devoraba cada revista en busca de nuevas noticias de tan esperada consola , me acuerdo del video de presentación que venia en la Hobby , recuerdo que lo ponia en la tele de mi salón y con la caja del VHS hacia de mando y parecía que estaba jugando , jejej , que penita daba! Era un sueño que estaba seguro que nunca se iba a cumplir , ya que mi padre se gastó no hacia mucho 80.000 pesetazas en el amstrad , asi que me veía casi obligado a seguir jugando a consolas en casa de mis amigos , pero llegaron las navidades de ese año y algo raro pasó! Mis hermanos y yo habiamos aprobado todas! Cabe decir que eso era algo inaudito , sobre todo por mi hermano mayor , que era bastante zoquete , jejejej , asi que mi padre ( te quiero papá!) nos dijo que nos compraria lo que quisieramos , y casi nos dió un vuelco al corazón , pero habia un problemilla y esque la consola deberia de poder conectarse al monitor del amstrad , ya que mi madre no queria ni por asomo la consola en el salón ( la mujer sabia que no le ibamos a dejar ver la tele jejeje ) y nosotros le dijimos a mi padre que claro que se podía conectar , ya que comprarnos la consola era factible , pero la consola y una tele!!!! literalmente imposible . Como mi padre no se fiaba ni un pelo de nosotros , se fue a una tienda Mail y preguntó el tema del monitor y obviamente le dijeron que no , asi que nos reunió a los tres y nos dijo que fueramos pensando en otro regalo , despues de varias horas de llantos y negaciones , accedimos cada uno a pedir otros regalos , yo me acuerdo que me pedí unos masters del universo y un reloj calculadora . Pero llegó el dia de navidad , como cada año se me hacía imposible poderme dormir de los nervios , y como siempre a las 8 de la mañana ya estabamos los 3 levantados en la cama de mis padres gritando REGALOS , REGALOS , REGALOS , asi que bajamos al arbol y vimos una manta enorme tapando algo ! cuando quitamos la manta no nos lo podiamos creer , habia un mueble con una tele de 14″ y la super nintendo conectada , ademas de 3 sillas con el nombre de cada uno , aún recuerdo la cara de mis hermanos con la mandibula en el suelo , y acto seguido los 3 llorando corriendo hacia mis padres , creo que es de los momentos mas felices que hemos vivido los 3 , mi padre ya se habia molestado en conectarla y sintonizarla , asi que desde ese momento nos pusimos a jugar , vení solo con el Super Mario World , pero para que mas!!! Yo estaba enganchadisimo al mario 3 de mi colega , pero este le daba 100.000 vueltas , esos colores , ese sonido .. dios , se me salta una lagrimilla jejejej , recuerdo quedarme mirando el mando , que mando tan bonito! con el logo de Super Nintendo en pequeñito , no me lo podía creer , tenia que pellizcarme para asegurarme que no era un sueño! Desde ese momento ya no hubo ninguna duda en torno a los regalos de cumpleaños y navidades , juegos y mas juegos . Como todos vosotros luego vinieron otras consolas y otros ordenadores con otros juegos también muy buenos , pero nuca jamás he vuelto a tener esa sensación de felicidad y de sueño cumplido como con mi super nintendo , aún la tengo y de vez en cuando echo unas partiditas , sobre todo con mis amigos al super bomberman 2 con el multitap , y cuando me hice con mi recreativa lo primero que hice fue meterle el emulador de la super! En fin espero no haber sido un tostón , pero me he visto obligado a comentarlo después de haberos leido , y a que me despertaseis otra vez ese niño feliz con su juguete preferido! un abrazo a todos y a partir de ahora nos veremos por aqui!!!

  16. Menudo momentazo el de aquellas navidades, me lo imagino y me ha dado un subidón nostálgico que no veas, hasta me he emocionado leyendo tu historia, que fácil es hacer feliz a un niño y como se complica todo de mayores.
    Como he comentado en mi anterior post yo nunca tuve la SNES porque tenía la MEGADRIVE pero el famoso video del cerebro de la bestia lo habré visto cientos de veces.

    Desde aquí mandar un saludo a todos los padres que nos hicieron felices de pequeños con detalles como esos.

    Bienvenido Borjafr.

  17. Vaya, borjafr, un poco más y lloro con tu historia, se me han quedado algo llorosos los ojos.

    Bienvenido, amigo.

  18. Todo esto es muy emotivo 😥

    Felicitaciones por el artículo y por propiciar unos comentarios tan bonitos.

    ¡ABRAZO COLECTIVO!

  19. que suerte tuvisteis muchos, yo tenía mi spectrum y una clónica de la nintendo nes, por lo que por más que llore y pataleé nunca tuve la snes, hasta que ya en tiempos de la play3, me la compré de segunda y pude concluir un sueño de la infancia.

    Un saludo a todos.

  20. muy buen articulo , en mi caso al ser mas joven apenas pude disfrutar esta consolaza ,tan solo puede jugarla muy joven cuando la herede de mi tio , al igual que la megadrive de mi hermana , de las cuales tengo recuerdos borrosos (tenia 5/6 años) y me conforme años despues con los emuladores de esta gran consola , pero algo muy parecido me sucedio con la 64 y muchos años despues (unos 11) cuando pude comprarme una vieja y muy usada snes , la cual me alegro una cosa inimaginable

  21. Muchas gracias por la bienvenda y me alegro si os he echo retroceder un poquito a la infancia , es justo lo que me ha pasado a mi cuando he leído el artículo de David V ( crack ) , artículos como este son los que te ponen los recuerdos a flor de piel . Un abrazo chicos !

  22. Tengo la megadrive mucho antes de que saliera la snes por lo que en aquel entoces yo era de SEGA, el sonic, cualquiera de ellos me gustaba y divertia mas que cualquier mario en los 16 bits. Si, la snes es mas potente, pero pocos juegos lo demostraban sobre todo si TREASURE programaba para megadrive, ya teniamos modo 7 y zoom sin necesidad chips y pagar mas por los juegos. No he visto ningun juego en la snes que no pudiese hacer la megadrive, lo que si veia era la dejadez de las compañias en querer hacerlo mejor. Pero que nadie se enfade conmigo, la snes es una maquina increible y nintendo le gano la batalla a sega cuando nos dejo con la fabulosa DREAMCAST tirados!! Desde aquel entonces aun tengo la esperanza de que sega vuelva a subirse al carro como fabricante de hardware consolero. No te guardamos rencor.

  23. Respeto a SNES y sus juegos , me encanta, pero soy SEGADICTO, y me gusta mas
    No os enfadeis Nintenederos, pero La SNES me encanta, lo cual no quita que megadrive me llame mas

  24. Mi primera consola fue Atari 800XL en 1988, luego «salté a la Snes que es la que me hizo de lleno aventurarme en este fantástico mundo. Después se venía Project Reality y lo único que quería era vender mi Snes para poder juntar dinero y adquirir La Nintendo 64. ¿vender? claro está que ahora no vendería ninguna consola para comprarme otra. Mi adquisición fue el grandioso día 20 de Noviembre de 1996 o sea que era lo nuevo de lo nuevo. (acá en américa se lanzó el 30 de Septiembre de 1996)
    Cuando la «The Fun Machine» ya llevaba tiempo quise comprar nuevamente una Super Nintendo para revivir experiencias y la obtuve de nuevo: Me gustaba conectar las dos al mismo tiempo en dos tv’s una al lado de otra para comparar cosas. Me acuerdo que jugaba Super Mario Kart junto con Mario Kart 64. Fue entonces cuando empezé a querer tener otras consolas y recién en el 2005 compré un Nes. Ya tengo 12 consolas que para un coleccionista no son muchas, pero van en aumento.
    Nunca olvidaré cuando me regaló mi Madre la Snes un 7 de Diciembre de 1994 y después el 20 de Noviembre de 1996 (un día antes de mi cumpleaños número 17 ) cuando compré el antes llamado Nintendo Ultra 64. Fueron fechas inolvidables.
    A todo esto se le suma que fue aún más increíble el cambio entre Snes y N64 que otros cambios generacionales… Ya ustedes saben los inicios de la verdadera 3D, botones que controlaban cámaras, stick análogo, vibración, gráficas no pixeladas, 4 puertos, etc.
    Esas fueron mis primeras experiencias en el mundo de los videojuegos.

    Debo decir que todos están haciendo un gran trabajo para que todo esto funcione.

    Felicitaciones y gracias a todos.

    (a todo esto seré el único chileno en este blog???)

  25. Madre mia, no lo había leído, sin duda uno de los mejores artículos de la web. Me he sentido totalmente identificado, la SNES para mí fue la consola de las consolas, y tal como tu dices, jamás he vuelto a sentir esa sensación.

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